miércoles, 16 de marzo de 2022

EL CADÁVER DEL SEÑOR GARCÍA. JARDIEL PONCELA

 Divertida comedia de tintes surrealistas de uno de los mejores representantes del teatro cómico de posguerra. «El renovador de la risa».

Nos cuenta la historia de una pareja aburguesada que, en el día de la pedida, se encuentran en el salón a un muerto después de escuchar unos «supuestos» disparos. Por allí se acercan diferentes vecinos para comprobar el hecho perturbador y se empieza a complicar la acción ante el miedo que impone el cadáver.

Así comienza la comedia:

RAMONA. ¡Jesús!
ABELARDO. Pero, ¿qué es esto?
RAMONA. (Asustadísima) ¡Un muerto! ¡Ay, madre mía, un muerto! ¡Ay, que yo no había visto un muerto en mi vida!
HORTENSIA. (Abrazándose frenética a ABELARDO) ¡¡Abelardo!!…
RAMONA. ¡Ay, que en la vida había visto yo un muerto!…
ABELARDO. (A RAMONA) ¡Cállate, estúpida! ¿No ves que asustas a la señora?
HORTENSIA. ¡¡Abelardo!!, ¡Abelardo, ¡Vámonos de casa! ¡Vámonos de Madrid! ¡Vámonos de España! ¡Vámonos de Europa!
ABELARDO. Hortensia, por favor…Ramona … ¡Cójala! (Le traspasa HORTENSIA.)
HORTENSIA. ¡Qué me den algo! ¡Que me den algo! ¡Qué si no me dan algo, me va a dar algo!…
ABELARDO. Ramona… cógela bien y procura que no la dé nada… ¡Qué no la dé nada, por Dios!
RAMONA. Señorito: ¿la doy algo?
HIPO. Dice que no la dé nada (RAMONA se lleva a HORTENSIA a un sillón).
RAMONA. ¡Ay, Virgen santa!, que yo nunca había visto muerto a un muerto!
HIPO. Pero, ¿quién es este hombre? ¿Por dónde ha entrado?.
RAMONA. (Señalando a la puerta de la derecha.) ¡Por Ahí, por el balcón de la sala” ¿No ve usted que está abierto?
HORTENSIA. ¡Ay!
RAMONA. ¡Lo habíamos dejado abierto para que se saliese el humo!… ¡¡Ay!! (Castañeando
los dientes y como si desvariase.). El balcón… El humo… El muerto… los tiros…
HORTENSIA. ¡Abelardo! ¡¡Abelardo, no te acerques!!
RAMONA. Los tiros… El muerto… El humo… El balcón…
HORTENSIA. ¡No te acerques, Abelardo!
RAMONA. Nosotros… El balcón… El muerto… Los tiros…
ABELARDO. Pero es necesario saber si está o no está … (avanzada hacia el diván).
HORTENSIA. ¡No te acerques, Abelardo !…
RAMONA. ¡Señorito Abelardo, por la Virgen!
HIPO. ¡Estáte quieto, Abelardo!
ABELARDO. ¡Caramba! Pero algo hay que hacer…
HORTENSIA. La policía … El Juzgado…
RAMONA. Avisen ustedes al juez, señoritos.
ABELARDO. ¡Eso, sí!
HIPO. ¿Bajo a ponerle un continental?
ABELARDO. ¿un continental? ¿Pero se le llama al juez con un continental?
HIPO. ¿Cómo se les llama a los jueces?
ABELARDO. Por el apellido. Yo creo que por el apellido.
HORTENSIA. ¿Qué dices, Abelardo?
ABELARDO. No sé.
RAMONA. Aquí ninguno dice lo que sabe.
HIPO. (Rectificándola) Se dice se sabe lo que se dice.
HORTENSIA. ¿Qué dice?
RAMONA. No sabe.



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